lunes, 4 de marzo de 2019

Un presidente templagaitas

Eso al menos lo parece el presidente y la sala que juzga a los golpistas rebeldes catalanes. Debe ser por miedo a que les tumben en el tribunal de Estrasburgo las sentencias que dicten en la sede suprema.



Se permiten los alegatos políticos de defensas y acusados, en vez de obligarles a ceñirse a las preguntas y los hechos, pero con todo y con ello, esto, a mi juicio, no es lo más grave. Con serlo, porque además se escora procesalmente hacia las partes defensoras y acusadas.

Una cosa es ser garantista con los derechos de inculpados y testigos y otra muy distinta es templar gaitas hasta extremos insospechados. Pero, lo que entiendo como más grave es la permisividad que está teniendo este juez con los testigos que hacen en el inicio de sus declaraciones  juicios de valor e insultos respecto de los abogados de la acusación particular, cuando su presencia se debe circunscribir a contestar a las preguntas que le formulen las acusaciones y defensas  sobre los hechos que se enjuician.

En este sentido, la actuación esperpéntica del presidente de la Sala llega al paroxismo al proponer a un testigo que se niega a responder a las preguntas de la acusación particular, que éste le formule las respuestas al mismísimo magistrado presidente de la sala, e indirectamente este último se la repita al letrado de la acusación particular. Increíble, pero cierto.

¿Acaso no es templar gaitas lo sucedido, que todos pudimos ver por TV? Eso sería impensable en cualquier juicio ordinario, en que el testigo nada más negarse a responder hubiese sido expulsado, sin más, de la sala con la correspondiente multa y delito de desacato, cuanto menos.

No quiero ni pensar que se diese la situación contraria en la que la acusación particular la ejerciese un partido de izquierda y el testigo fuese de derecha.

Lo que se percibe, al menos yo, son los muchos remilgos de la sala para con los acusados y sus abogacías en esta causa. Lo que rompe todos los límites jurídicos exigibles y de sentido común.

1 comentario:

  1. ¿Miedo?.... están cagaditos, es el calificativo de éste juicio. Se han puesto de rodillas desde el Juez, pasando por la acusación particular (VOX) que se prestó a formular la pregunta "A la carta" por parte de los 12 del patíbulo y hasta el mismísimo Rajoy y su Soraya. Puigdemont encantado con seguir dirigiendo su orquesta.

    ResponderEliminar