miércoles, 21 de octubre de 2015

Refugiados


Es dramático lo que viene aconteciendo en el cercano y medio oriente, así como otras muchas partes del planeta. Hoy nos referimos al próximo y medio oriente. Lo que pasa no es nuevo y viene de lejos. La crisis en los países que en los albores de la historia nacieron las más importantes civilizaciones del mediterráneo en torno a los rios Eufrátes y Tigris es compleja, muy compleja y tiene muchas aristas y muchas caras, todas ellas muy negativas.


Son muchos los países involucrados. Los más implicados son evidentemente Siria, Irak, Yemen y otros limítrofres como Irán, Turquía y, en cierto modo, Afganistán. En otro círculo más amplio están detrás, si bien no como actores directos en el conflicto casi todos los emiratos del Golfo. Es pues un avispero con infinidad de ideologías, intereses y posicionamientos geoestratégicos.

Como siempre, detrás también mueven los hilos las grandes potencias: USA y Rusia. Hemos dejado para un aparte la gran potencia militar de la zona que es Israel, el secular enemigo de todos los países islámicos entre los que se encuentra. Israel está en by pass en todo este conflicto, lo cual no quiere decir que no sea un actor de primerísima magnitud y siempre a tener en cuenta en una hipotética solución pactada.

En contra de lo que se suele oir,  la solución a la crisis desatada no es exclusivamente militar. La solución militar es necesaria pero no suficiente.

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