Todavía sigue circulando el tópico de que la democracia, tal y como la ejercitamos hoy día, nació hace 2.500 años en la antigua Grecia. Nada más lejos de la realidad, ya que los griegos, durante 450 años, nunca usaron las urnas para elegir a sus representantes y a los gestores de la res pública. No obstante, es la más antigua democracia constatada con referencias escritas.
Los atenienses y luego las gentes de otras polis, eran lo suficiente listos para percatarse que la elección de un hombre, un voto, no funcionaba y que era la puerta de entrada de todo tipo de corruptelas y de corrupciones. ¿Y eso por qué, se preguntará amigo lector? Pues porque detrás de un voto y una persona siempre hay un partido que intenta engatusarle para que vote lo que a ese partido le interese y a las personas que ese partido designe. Los partidos son máquinas de colocación de sus efectivos, con los únicos intereses de su propio beneficio.
Detrás de un voto hay grupos de presión, aparte los partidos políticos, como son los medios de comunicación, que a su vez obedecen a ideologías concretas y son sus portavoces. Detrás de un voto hay sistemas educativos que en la mayor parte de los casos adoctrinan a los jóvenes que luego serán los votantes de mañana. Detrás de un voto, hay lobbies económicos que sibilinamente condicionan y conducen condiciones de vida. Detrás de un voto hay religiones y sectas que condicionan las conciencias de los votantes, en un sentido u otro.
En las polis griegas no existían partidos políticos, ni campañas electorales, hoy día trufadas de falsas y caras promesas, que obligan a los partidos a buscar dinero de forma delictiva y a sus miembros a practicar aquello de: quien parte bien reparte y para sí se lleva la mayor parte.
Los griegos, prefirieron el azar a las urnas y dejaban en manos de una máquina electoral en piedra, jade o mármol la elección de sus gobernante y sus jueces. La máquina se denominaba kleroterion, de κλῆρος, klêros = oportunidad. Solamente aquellos que tenían que manejar grandes cantidades de dinero y 10 generales eran elegidos mediante las urnas.
"La kleroterion era un bloque de piedra rectangular con ranuras ordenadas en varias filas verticales. Algunos modelos tenían siete filas y en la parte superior una letra. La serie de letras iba desde la A hasta la G. Cualquier ciudadano con inclinaciones o inquietudes políticas, nacido en Atenas y de padres atenienses, podía participar en el proceso de elección de un cargo, no sin antes pasar un examen médico que lo acreditara para ocupar un puesto público.
Los atenienses portaban un pinakion, una especie de placa de bronce o madera con su nombre grabado. Bastaba con introducirla en una de las ranuras del kleroterion para que se le tomara en cuenta en el proceso. Un oficial de justicia, conocido como archon, era el encargado de administrar el funcionamiento de la máquina. El dispositivo se acompañaba de una ruleta que tenía pequeñas casillas rotuladas con las mismas letras del kleroterion. Dependiendo de la casilla en la que cayera la pelota, se decidía el ciudadano y el cargo que ocuparía.
Para la elección de jurados, se introducían una bola negra y otra blanca en un embudo en la parte superior. Las pelotas salían por un agujero en la parte inferior. Dependiendo del color que saliera primero se elegía o descartaba a una columna entera de nombres. Las blancas decidían a los ciudadanos que serían aceptados y las negras a los que serían rechazados.
La máquina no hacía distinciones. Desde los más pobres a los más adinerados, todos los atenienses podían participar en el proceso. Los griegos buscaban una igualdad total en su sociedad: todos tenían las mismas oportunidades y los mismos derechos para gozar de una vida adecuada y ocupar cargos decisivos. Quien llegaba a ocupar un cargo lo hacía por un año y nunca jamás se podía presentar de nuevo a un sorteo. Esto impedía las fastidiosas reelecciones o que se crearan dinastías políticas que acapararan las riquezas o el poder." (Rodrigo Ayala. CC Historia)
Algo bueno tendría este sistema, que duró más de 450 años.
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