miércoles, 16 de enero de 2019

La España que subsidia y la España subsidiada

Por
José Enrique Villarino Valdivielso
Economista

No, hoy no toca hablar de lo tan manido de la España "azul" y la España "roja". Hoy lo de las dos Españas va de números y fundamentalmente de subsidios. En lo social y en lo económico existen dos Españas que se distinguen por sus distintos posibles crematísticos.

Subsidiadores y subsidiados

Existe otra división, que guarda relación con lo dicho de los distintos posibles de riqueza de unas y otras regiones. Se trata de la España subsidiada. Como observará el lector no he dicho "y la no subsidiada", porque subsidiadas, en mayor o menor medida, lo están todas. Lo que ocurre es que unas, por así decirlo, subsidian a otras.

Tenemos un procedimiento para medir el nivel de subsidiación de una región, sustitutivo del conteo contable de las subvenciones, que siendo estadísticamente posible, no existe esta estadística sin más. Se trata de una sencilla resta entre su PIB per cápita y la RBD o Renta Bruta Disponible, también por habitante.

Si la RBD es superior al PIB, entonces existen subsidios que hacen que lo que la riqueza de que disponen los ciudadanos de la región X sean mayor que lo que realmente producen. Y sensu contrario, si el PIB es mayor que su renta bruta disponible es que esa región está exportando recursos a otras regiones.

Vayamos al mapa de la realidad.

Asturias, Cantabria, Vascongadas, Navarra y Castilla-León son regiones cuyos ciudadanos tienen una RBD > PIB per cápita, lo que nos dice que son receptores netos de recursos en forma de subsidios. Un segundo grupo sería el formado por tener una identidad digamos, de lo comido por lo servido. Son: Galicia, Extremadura, Castilla-La Mancha y Ceuta. El tercero y último son el resto de regiones, aquellos que su ecuación es RBD < PIB per cápitas: Melilla, Andalucía, Murcia, Canarias, Valencia, Rioja, Baleares, Aragón y Cataluña (muy próximas a la igualdad) y Madrid.

Resumiendo: las más subvencionadas (por este orden) son: Asturias, Cantabria, Vascongadas y Castilla-León. Las que más contribuyen como exportadoras de recursos son: Murcia y Madrid, también por este orden.

La paradoja

Si prestamos un poco de atención sobre los grupos anteriormente citados, veremos que las regiones más subvencionadas hoy día, con alguna excepción como Castilla-León (que en buena medida tampoco es una excepción) son regiones que hace 60 años eran punteras en el desarrollo industrial y en el crecimiento económico del país.

Las regiones del norte tienen un gran déficit en la Seguridad Social: las cotizaciones de sus trabajadores no son suficientes para financiar sus pensiones (eso sin contabilizar el resto de gastos del sistema). El caso más escandaloso es el de Asturias, ya que ni siquiera genera ingresos para abonar la mitad del gasto. En el año 2017 destinó 4.433 millones al pago de las pensiones contributivas y, por el contrario, apenas recaudó 2.078 millones en cotizaciones a la Seguridad Social.

Además sus pensionistas y prejubilados cuentas con las pensiones y prestaciones más altas del país. Los antiguos mineros son hoy pensionistas que perciben prestaciones muy generosas, pero ya no quedan mineros para cotizar por ellos. Estas regiones subsidiadas tienen graves problemas de envejecimiento poblacional, por lo que cuando la masa de pensionistas vayan desapareciendo, no habrá reemplazo generacional suficiente para revertir esta situación.

En el resto del norte, la situación no es mucho mejor. En Cantabria, Castilla y León y Galicia, los ingresos por cotizaciones son menos del 70% del gasto en pensiones contributivas.

Asturias fue la región minera por antonomasia desde antaño, Cantabria despuntaba por su industria naval privada y una pujante agricultura al igual que Navarra que siempre tuvo un agricultura de las más tecnificadas y una muy importante industria de la automoción y sus derivados. Vascongadas siempre fue paradigma de la industrialización con sus altos hornos, la siderurgia y la construcción naval y su industria de derivados metalúrgicos, etc. Hoy, estas regiones son paradójicamente, las regiones más subvencionadas.

Esta paradoja, no lo es tanto en el grupo de las regiones con mayor producción que renta disponible alcanzan sus ciudadanos. Con alguna excepción se trata del arco del levante español con Murcia, Valencia, Baleares y Cataluña, cuyas dos primeras destacan por su agricultura exportadora y el turismo las otras dos, a las que se suma Aragón, al igual que Navarra con industria de automoción y una industria agraria notable y la región de Madrid que es la región que muestra la mayor diferencia entre RBD y PIB Sin duda, Andalucía y Canarias son regiones turísticas, con una baja producción, lo que hace que aparezcan en el grupo de regiones aportadoras.

La paradoja de mis colegas socialistas

Yo llegué al INI (Instituto Nacional de Industria, hoy SEPI) con el primer presidente socialista el canario Juan Carlos Croissier y en él permanecí cuatro años largos hasta octubre de 1986. El INI de entonces, aunque ya venido a menos en las postrimerías del franquismo, era el cogollo del sector industrial español, formado por aluvión de empresas quebradas en su mayor parte, provenientes de un capitalismo decimonónico y burgués, en no pocos casos extranjero.

Pues bien, mis colegas economistas del Psoe que ocuparon altos cargos en el gobierno de Felipe González y también en el INI, en vez de sanear la industria, se dedicaron a desmantelarla y poner a los obreros de patitas en la calle. Fue la primera y brutal reconversión industrial de este país llevada a cabo en los astilleros, la siderurgia, los altos hornos, etc y en menor medida en la minería, ya que los mineros eran harina de otro costal.

Lo que se dice, nos quedamos industrialmente en pelotas, siguiendo las directrices que ya empezaban a emanar de Bruselas por aquello de que los grandes no admitían bromas en sus mercados de toda la vida y menos una competencia dentro de casa. Francia, nos obligó a una reconversión brutal también en la ganadería (el sector lácteo) y la agricultura.

Hablando en plata, los socialistas le hicieron el trabajo sucio a Europa, por aquello de marcarse el tanto de la entrada en la CEE (así se llamaba entonces la UE de hoy), a costa de dejar un desierto industrial y muy tocada nuestra ganadería y agricultura.

De la noche a la mañana, cambiaron a Marx por Hayek y Schumpeter. Y se quedaron tan panchos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario