Haciendo buena aquella máxima de que en esta Nación "la justicia es un cachondeo", hace ya muchos años se ha perseguido el español en la educación de los niños, en los rótulos de los comercios, en el veneno en sangre a las nuevas generaciones contra todo lo español, en la supresión de la bandera nacional de los establecimientos oficiales, etc, etc.
La última, es la del gobierno vasco que ha decidido suprimir de los libros de texto toda referencia a los símbolos nacionales o todo aquello que se le parezca. Y aquí nadie dice ni pío, ni hace nada. ¿Y quién debería decir o hacer algo? Pues el gobierno. Este gobierno inane que tenemos que todo lo deja para mañana en un ejercicio de pristinismo, dejadez, melifluez, babosidad, acojone, buenismo para no mentar y cabrear a la bicha de la izquierda y los nacionalismos.
Me parece que así vamos mal porque se crea un caldo de opinión, que poco a poco va calando en la opinión pública y que, como en la propaganda nazi, tanto racarraca nacionalista, se acaba convirtiendo en una verdad para una inmensa parte de la ciudadanía.
El estado que es el "empoderamiento" (utilizo este engendro e inexistente vocablo para poner de manifiesto la memez y cortedad cultural de quienes la han acuñado) de la nación y quien detenta su poder que es el gobierno de la nación, es este último quien debería haber salido al paso de tanta chulería y haber dejado bien claro cuales son las reglas del juego.
Cada vez esto se parece más a una partida en el saloon del oeste americano entre el ayudante del sherif y el matón de la banda de forajidos, que juega con las cartas trucadas. Lo malo es que, en nuestro caso, el ayudante del sherif, el sherif y la madre del sherif se arrugaron hace mucho tiempo y se levantaron de la mesa dejando el botín en manos de los malos.
foto: www.rtve.es
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