Foto: vozpopuli.com |
El bueno dice, se desdice, promete, despromete, paga en negro y de comunista se vuelve "transversal". El feo, con pinta de uno de los chicos del COU es el repipi de la clase que va de listillo y hace novillos eludiendo el pupitre de Málaga que le ha proporcionado su amigo y correligionario de partido o de ese contubernio que se traen entre manos.
El malo, es el demonio con rabo, o bien el hombre del frac que se dedica a pasar el platillo por los mundos de Dios y a embucharse el dinero sorteando los deberes fiscales, o lo que es lo mismo, robándonos al resto de los ciudadanos y contribuyentes.
Jamás unos no numerarios se han visto en otra igual. Son el producto de esa factoría de horrores en que se ha convertido la Facultad de Políticas, un nido de cochambre física e intelectual, regentada por los alevines de algunos de los llamados revolucionarios del 68, que llevan años y años asentados en sus poltronas haciendo rojería de salón, al tiempo que engordaron la bolsa.
Dios nos coja confesados como éstos toquen moqueta. Aparte de insolentes, engreídos, pícaros y vagos, son ignorantes e incompetentes y venden burras que ni ellos mismos se las creen ya que hoy dicen una cosa y mañana otra "transversal".
Ni soy de derechas, ni nada que se le parezca, pero conozco bien a esta patulea y sus métodos. Como esta cofradía llegue a tener algo de poder lo que va a pasar con y en Grecia va a ser un juego de niños, comparado con lo que aquí puede ocurrir.
El grado de embaucamiento a que han sometido este trío y su pléyade de acólitos y monaguillos a buena parte del pueblo español no se explica ni con la fábula del flautista de Hamelín. Han retorcido de forma torticera los nobles sentimientos de sus seguidores por el lógico y justificable hartazgo que todos tenemos, para convertirlos y manipularlos, jugando con la esperanza de unas nobles gentes y unos jóvenes desesperados ante su horizonte vital roto y destrozado.
Entre el bipartidismo y la soluciones de estos chicos existen otras alternativas reformistas que tienen mucho más calado, más viabilidad, menos extremismo, más cordura y sensatez y son en el fondo, que no en la forma, mucho más revolucionarias que las recetas de estos penenes, que mienten más que hablan y a la que te vuelves, te la clavan..
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