sábado, 12 de enero de 2019

¿A quienes interesan las llegadas de masas de inmigrantes ilegales?

Yo prefiero decir inmigrantes conforme se ha dicho siempre, empezando por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que distingue entre inmigrantes y emigrantes. Hablando desde España, quien a ella llega es un inmigrante y quien de ella se va, es un emigrante. Migrante, es aquel que desde el país del observador va de un sitio a otro, pero no al de quien observa.



Una cuestión previa, en lo que sigue nos referimos siempre a la inmigración ilegal que accede a España transgrediendo las leyes de fronteras, cuya obligatoriedad de hacer cumplir corresponde a la fuerzas de seguridad del Estado, desasistidas por éste en su función, con riesgo de sus vidas.

Precisado esto, ¿a quién beneficia o interesa mantener estas oleadas de inmigrantes ilegales, que huyendo de la miseria y persecuciones quieren llegar a El Dorado europeo?

En primer lugar, la inmigración ilegal interesa a los poderes económicos y financieros europeos y españoles que encuentran una mano de obra barata, dócil y fácil de desprenderse de ella. Interesa también, porque deprime el nivel general de salarios de los ciudadanos españoles y europeos, que saben que o transige con las condiciones que le oferta el empresario o sabe que se quedará sin puesto de trabajo, porque siempre habrá un inmigrante dispuesto a tomarlo.

En segundo lugar, interesa al sistema globalista porque acrecienta la masa de consumidores silenciosa que se pliega a todos mandatos y que adquiere una producción low-cost, de baja calidad, de coste barato de producir y precios asumibles por los salario bajos de la inmigración.

En tercer lugar, interesa a los partidos políticos, sobre todo de izquierda, que encuentran en ellos una cantera de votos, dispuesta a tragarse las promesas demagógicas y luego, si te he visto no me acuerdo.

Por último, la inmigración ilegal, sobre todo la de algunas creencias no cristianas, no se integran fácilmente en las sociedades occidentales de acogida debido a las restricciones inherentes a las mismas, interesa fundamentalmente a los partidos de izquierda ya que su presencia es un factor potencial de dilución de los valores nacionales, tradicionales, religiosos y culturales del país receptor, por no decir la delincuencia, que muchos medios ocultan su identidad foránea.

Una de las mentiras del progresío imperante que éste impone como politicamemte correcta a través de los medios de comunicación afines, es que la presencia de la inmigración, sin más, es positiva porque sus cotizaciones contribuyen hoy a mejorar el saldo muy negativo de las cuentas de la Seguridad Social y que  serán la salvación de las pensiones futuras. Nada más lejos de la realidad si se echan las cuentas con el mínimo rigor. Las cotizaciones de la inmigración ilegal si existen, porque es mayoritario el trabajo en negro, son muy bajas, que no cubren, ni mínimamente los gastos que generan en prestaciones sociales, sanidad, etc.

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