jueves, 31 de enero de 2019

Señorías, no secuestren las palabras

Carta abierta a los miembros de la Comisión de Investigación parlamentaria del accidente del Alvia 04155



Presidente, señorías,

Cuando tuve la oportunidad de comparecer ante la Comisión que preside su Señoría, oí de su boca decir que la Comisión donde comparecí y la Cámara que me acogía, era y es LA CASA DE TODOS. Lo mismo que oí que le dijo al resto de comparecientes.

Hay algo Presidente que no acierto a entender, que es la decisión tomada por la Comisión de que al cierre de las comparecencias los representantes de las Víctimas y de sus familiares, lo hagan a puerta cerrada, en Junta de Portavoces y no en la Comisión, al igual que a la apertura.

Más que a puerta cerrada suena, permítanme la licencia Presidente y señorías, a portazo cerrado. ¿Acaso para los representantes de las Víctimas, la Comisión y el Congreso de los Diputados no es la casa de todos?, ¿acaso no es su casa también?, ¿acaso su voz no merece la transparencia que han tenido la del resto de comparecientes? No lo entiendo, Presidente, no lo entiendo, señorías.

Dice, señoría,  muy poco a favor de algunos miembros de la Comisión que se censure la intervención de los representantes de tantas personas fallecidas y de sus familiares, vulnerando el derecho que otros sí tuvimos. No es justo, ni legítimo (palabra ahora tan de moda) que a la altura de los tiempos que corren no se de voz pública a quienes son, desgraciadamente, el epicentro y la razón de ser de esa Comisión.

Ya se que los partidos mayoritarios en la Comisión, se valen de la argucia de que la Plataforma sea oída en la Junta de Portavoces, que es a puerta cerrada, en vez de en Comisión y, quizá, me podrá decir que reglamentariamente el manto de silencio para la ciudadanía de lo que allí digan los más afectados y cercanos a tanta tragedia, es correcto y ajustado a la normativa. Pero, he de decirle que por encima de los reglamentos está la dignidad de las personas, el derecho a que sus cuitas y su dolor sean oídas por todo el que quiera oirlas. Y porque la verdad acaba resplandeciendo, por mucho que algunos quieran taparla.

Si la Plataforma de Víctimas abrió el turno de las comparecencias en Comisión, Señoría, Señorías, abran también ahora las puertas y ventanas de la comparecencia de la Plataforma de las Víctimas, no en la Junta de Portavoces, sino en Comisión. No se entendería que en la casa de la palabra, ésta se vea secuestrada.

Atentamente
José Enrique Villarino Valdivielso.

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