lunes, 23 de diciembre de 2019

El teletrabajo condición necesaria pero no suficiente para el repoblamiento rural

Por
José Enrique Villarino Valdivielso
Economista

Al despoblamiento rural no se lo combate con una sola arma. Tienen que ser varias y en varios frentes. Uno de ellos puede estar en la aplicación de las TICs que por su inespacialidad son capaces de estar allí donde se quiera. Perdón, se pueda.


El teletrabajo, el nuevo paradigma laboral


El modelo laboral que todavía está muy mayoritariamente vigente se caracteriza, entre otras muchas circunstancias en que el empleador es quien fija el lugar de trabajo y el trabajador tiene que acomodarse, dentro de unos límites espaciales, a esta localización.

De forma progresiva se va implantando un nuevo modelo de trabajo, en el que el trabajador puede desvincularse del puesto físico de trabajo y trabajar desde su residencia, gracias a las tecnologías de comunicación, a través de internet.

En la mayoría de los casos esta desvinculación del puesto de trabajo en favor del trabajo en la residencia es todavía parcial, a tiempo compartido. Uno o dos días se acude a la sede de la empresa y el resto de la semana laboral se hace desde la residencia del trabajador. Todavía son muy minoritarios los casos en que la totalidad de las jornadas se prestan desde el domicilio del trabajador.

Es el modelo de "trabajo en casa" también llamado "tele-trabajo, que además de permitir una mayor conciliación familiar tiene otras externalidades positivas como a la que me voy a referir.

¿Puede ser el teletrabajo un factor positivo para el repoblamiento rural?

Una circunstancia que rema a favor del éxito y propagación de esta modalidad laboral radica en que cada vez más, la mayoría de los trabajos de tipo intelectual, administrativo, funcionarial, no a pie de tajo, utilizan la computadora  e internet como herramienta principal e imprescindible de trabajo. Es, por tanto, una tendencia global en todos los países y en una mayoría de desempeños.

¿Cómo puede esta nueva modalidad de trabajo incidir en la recuperación del despoblamiento del mundo rural? Pues, muy sencillo: porque se quiebra el binomio trabajador-empresa en la sede de ésta. Las TICs permiten que el trabajador esté a distancia física de donde se ubica su empresa o centro de trabajo de antaño.

¿Qué requisitos se requieren para que el teletrabajo pueda hacerse desde los pueblos y zonas desertizadas poblacionalmente? Son varias:

En primer lugar, que el tipo de trabajo no requiera de una presencia más o menos recurrente en la sede de la empresa, sea de uno o dos días/semana sino que ésta se pueda dilatar en el tiempo ya que la distanci física trabajador-empresa no es la misma que se puede producir en el ámbito de una misma ciudad, área metropolitana, o provincia.

Un segundo requisito, es que exista una infraestructura adecuada en capacidad y velocidad de comunicaciones (ADSL, fibra óptica, etc ...) extendida a la casi totalidad del territorio, lo que requiere inversiones nada desdeñables en cuantía, despliegue que choca con la rentabilidad económica de las empresas operadoras.

"Ya nada tiene sentido sin internet": el estado de la cuestión

Existen en España 2.500 pueblos en los que viven 500.000 personas que hoy no tienen acceso a banda ancha y que no pueden leer sus mail, comprar en tiendas virtuales o emprender negocios tecnológicos desde pueblos que, ahora, están muertos digitalmente hablando. .

En estas zonas blancas, como se conoce a las ubicaciones sin cobertura de internet en el argot técnico, están esperando que el satélite español 30 W-6 de Hispasat, con el que el operador de servicios de internet, voz y datos Eurona quiere dar servicio a estas amplias zonas de la geografía Española sin internet.

Según fuentes oficiales, en España hay hasta 5 millones de personas, más de un 10% de la población que están desconectadas a pesar de la hiperdesarrollada red de banda ancha por fibra óptica siendo el satélite la única opción viable para llevar internet de alta velocidad a los 2.500 pueblos olvidados por las empresas de telecomunicaciones. Y es que, como ya he dicho, extender la red de fibra hasta todo el territorio es inviable económicamente para las telecos.

 En España existen más de 50.000 entidades de población desconectados de los que solo en Galicia hay más de 9.500 núcleos desconectados o con baja calidad de Internet, según  informa de INE para 2018, con datos del Ministe­rio de Industria.

En este sentido, la Secretaría de Estado para la Sociedad de la Información y Agenda Digital ha anunciado la puesta en marcha de un Programa de Ayudas para llevar Internet por satélite de 30 megabytes por segundo a localidades de menos de 5.000 habitantes ya que el acceso a internet de alta velocidad se ha convertido en un bien de primera necesidad, también en el mundo rural.

Como dice Fernando Ojeda, consejero delegado de Eurona "ya nada tiene sentido sin Internet. Por eso, la tecnología satélite viene a ofrecer las mismas oportunidades de conexión que los entornos urbanos ya no solo a particulares para sus tiempos de ocio o teletrabajo, sin ir más lejos, sino también a pequeñas empresas, que se han quedado rezagadas por no disponer de una conexión eficiente".

En otros artículos hemos grafiado la distribución de dos variables básicas: población y renta personal. A ellas añado ahora el mapa de los servicios de ADSL. Las tres, son un mismo mapa. Coincide  casi milimétricamente el mapa de la despoblación con el de la cobertura de internet y en gran medida ambos también con el de renta.

Ello quiere decir, que las zonas despobladas, además de despobladas son las más desfavorecidas en cuanto a disposición de comunicaciones e internet, mapa que no responde a otra cosa que a la lógica de los intereses económicos de las compañías operadoras.

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