Ahora le toca a una impresentable alcaldesa, que tiene la desfachatez de poner cara de asombro cuando le preguntan por los incidentes de Lavapiés y hacerse a andanas. El ayuntamiento actual está lleno de gesgarramantas, ignorantes y muertos de hambre, sin oficio ni beneficio hasta el presente, que jamás se han visto en otra.
Permiten que un barrio castizo como el de Lavapiés y muchos otros más, se degraden y se conviertan en auténticos guetos en los que la policía tiene vetada la entrada, con la aquiescencia de los ediles que les ordenan no entren en el barrio a perseguir los delitos y proteger a los vecinos de toda la vida.
Estos tipos que gobiernan el Ayuntamiento, protegen los delitos (venta de falsificaciones), las ocupaciones de pisos, la presencia de personas ilegales, venta de droga y demás delitos, con la aquiescencia del gobierno nacional.
Madrid, Barcelona, Bilbao y otras muchas ciudades españolas ya nada tienen que envidiar a los Molenbeek de Bruselas, Roubaix en Francia, Rosengård en Suecia, Secondigliano en Nápoles y muchos más. Aquí, tenemos el barrio del Príncipe, Lavapiés, el Rabal de Barcelona y los cascos antiguos de muchas ciudades y pueblos vascos.
¿Y qué decir de las declaraciones de la concejala de medio ambiente, del que sabe lo mismo que yo, que no ha habido nada irregular en la caída del árbol que se cayó en el Retiro y mató a un niño? Gajes del oficio, los mismos por los que pedían la cabeza penal de Botella.
Son ágrafos, mentirosos, y jetas.
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