
En efecto, se trata de Lenin, José Stalin y el sátrapa albanés Enver Hoxha, tres destacados genocidas del comunismo soviético y albanés, autores de la muerte de millones y millones de personas en todo el mundo. El comunismo soviético creó muchas escuelas, por ejemplo, en el camboyano Pol Pot, el aprendiz de brujo de ambos.
Hoy, todavía tenemos otros aprendices en las figuras de los Castro y su saga en Cuba, el sargento Chaves y su delfín un tal asesino Maduro y la joya de la corona en la persona del incalificable norcoreano Kim Jong-un. Todos éstos y muchos más de su misma calaña les encanta a la patulea de los Podemos y adjuntos, a los acólitos de la Izquierda des-Unida y por qué no, a algunos socialistas, cuyo currículo en la II República detonó la Guerra Civil.
¿Y qué dice el señor fiscal general del Reino sobre la apología del genocidio?, ¿o es que acaso alguien discute que hayan sido genocidas?
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