jueves, 26 de abril de 2018

Los derechos pisoteados de Alfie Evans y sus padres

Alfie Evans es un niño británico que padece una enfermedad desconocida de las calificadas como raras. Hasta hace dos días el pequeño permanecía con respiración asistida, que los médicos del hospital Alder Hey de Liverpool decidieron, en contra de la opinión de sus padres, que le fuese retirada la respiración asistida y poner fin a su vida, decían, en pocos minutos, una vez retirada.



Pues bien, Alfie Evans vive casi 60 horas después de que le fuese retirada la respiración asistida, el pequeño aguanta y hasta el momento no ha dado signos de debilidad a pesar de lo extremo de su caso. La Corte de Apelaciones del Reino Unido respaldó la prohibición dictada por el Tribunal Superior de Manchester (Inglaterra) para evitar el traslado a Italia del bebé, cosa que desean sus padres.

Los padres desean trasladar al pequeño Alfie al hospital pediátrico Bambino Gesù, gestionado en Roma por el Vaticano, que aseguró esta semana que el bebé podría ingresar en ese centro médico para ser tratado de su enfermedad. El Ministerio de Defensa italiano ha puesto a su disposición un avión y un equipo médico para acometer el traslado en apenas unas horas. Sin embargo, las autoridades británicas se han negado a este supuesto y se mantienen firmes en su anhelo por acabar con la vida del pequeño.

Es obvio que el gobierno británico está arrollando el derecho de los padres a decidir lo que ellos consideran lo más adecuado para su hijo, cuando existen otras opiniones médicas alternativas. En el país que falsamente se considera cuna de la democracia moderna, se pisotean los derechos humanos más elementales, de acuerdo con la ola de imposición y relativismo moral que los poderes del globalismo y lobbies mundiales pretenden imponernos.

¿Puede un estado, sin más, decidir quién debe o no debe morir, y en qué momento, incluso en contra de la opinión de los padres?, ¿acaso los médicos son infalibles para obrar en contra de la voluntad de los padres?, ¿quién es el RU para prohibir que los padres se lleven al pequeño al hospital de Roma?, ¿dónde queda el valor de la persona, de niño, adulto o viejo, eje básico del humanismo de Occidente?,¿dónde queda la libertad de la que presume occidente?

Estamos asistiendo al derrumbe moral de nuestra civilización occidental y a un ignominioso silencio mediático en favor de la cultura de la muerte.

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