
dicho nada. Se ha escudado en un discurso procedimental-burocrático, para no decir nada, pero también le pasan la patata a la fiscalía. Vienen a reconocer que ha habido gravísimas irregularidades, muy posiblemente delictivas penalmente, pero, que lo digan otros. Pues, para este viaje, no hacían falta tantas alforjas.
Yo doy por fenecida en su cargo a la señora Cifuentes y solo falta que el padrino le diga a uno de sus lacayos la sentencia: "que se vaya". El beso gélido ya se lo dió en Sevilla.
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