Hay muchas cuestiones que justifican sobradamente que España no pueda ser considerada como un estado de derecho. Dejemos ahora la separación o no de poderes, el carácter no democrático de muchos partidos políticos, la no igualdad de los ciudadanos ante la Ley, etc, etc.
Hoy nos vamos a fijar en un aspecto básico de los estados llamados de derecho que no es otro que el imperio, el respeto y el cumplimiento de las leyes, desde la ley de leyes a la más humilde norma municipal.
Hoy día, en España, a unos se nos exige cumplir con TODAS las normas y leyes, mientras que a otros ciudadanos, instituciones, e incluso, PODERES PÚBLICOS, hacen lo que les viene en gana y dejan de cumplir las leyes, obviándolas o contraviniéndolas adrede y cuando les viene en gana.
Algunos ejemplos:
Un niño gallego y otro madrileño no tienen las mismas oportunidades de recibir enseñanza en español porque al primero se le hurta la posibilidad de estudiar en la lengua que la Constitución dice que todos tenemos la obligación de conocer y el derecho a usar.
La Generalidad de Cataluña, que es un órgano del Estado en la autonomía catalana, incumple constantemente las leyes españolas: prohíbe la enseñanza en español en las escuelas, adoctrina a los alumnos contra España, viola sus propias leyes parlamentarias, sus representantes delinquen en gravísimos delitos como de los que algunos altos funcionarios han sido acusados, la bandera española no ondea en los balcones de edificios oficiales, y así un larguísimo etcétera.
Las autoridades hacen dejación de sus funciones al no perseguir de oficio los delitos de violaciones irregulares de las fronteras nacionales, incluso con daños irreversibles para los agentes de la autoridad, como en el último asalto a la frontera de Ceuta y nadie ha sido detenido.
El magistrado del Tribunal Supremo LLerena, ha sido escracheado en varias ocasiones y últimamente durante una cena familiar en Gerona y nadie ha sido todavía detenido, ni probablemente lo será. Ha tenido que trasladar su domicilio a Madrid
En la actualidad, un gremio del transporte, sin permisos de las respectivas delegaciones del Gobierno, secuestra días y días ciudades enteras y nadie es detenido por ello.
etc, etc ...
Una nación que llega a ver normal el incumplimiento de las leyes, o el cumplimiento arbitrario de las mismas está condenada a la disolución ya que las leyes constituyen el entramado óseo que sostiene no solo el Estado y la Nación, sino la convivencia y la unidad de los ciudadanos, en este caso, los españoles.
Los gobiernos y autoridades que lo consienten y no cumpeln y/o no hacen cumplir las leyes, son prevaricadores y delincuentes. Ni más, ni menos.
Hoy nos vamos a fijar en un aspecto básico de los estados llamados de derecho que no es otro que el imperio, el respeto y el cumplimiento de las leyes, desde la ley de leyes a la más humilde norma municipal.
Hoy día, en España, a unos se nos exige cumplir con TODAS las normas y leyes, mientras que a otros ciudadanos, instituciones, e incluso, PODERES PÚBLICOS, hacen lo que les viene en gana y dejan de cumplir las leyes, obviándolas o contraviniéndolas adrede y cuando les viene en gana.
Algunos ejemplos:
Un niño gallego y otro madrileño no tienen las mismas oportunidades de recibir enseñanza en español porque al primero se le hurta la posibilidad de estudiar en la lengua que la Constitución dice que todos tenemos la obligación de conocer y el derecho a usar.
La Generalidad de Cataluña, que es un órgano del Estado en la autonomía catalana, incumple constantemente las leyes españolas: prohíbe la enseñanza en español en las escuelas, adoctrina a los alumnos contra España, viola sus propias leyes parlamentarias, sus representantes delinquen en gravísimos delitos como de los que algunos altos funcionarios han sido acusados, la bandera española no ondea en los balcones de edificios oficiales, y así un larguísimo etcétera.
Las autoridades hacen dejación de sus funciones al no perseguir de oficio los delitos de violaciones irregulares de las fronteras nacionales, incluso con daños irreversibles para los agentes de la autoridad, como en el último asalto a la frontera de Ceuta y nadie ha sido detenido.
El magistrado del Tribunal Supremo LLerena, ha sido escracheado en varias ocasiones y últimamente durante una cena familiar en Gerona y nadie ha sido todavía detenido, ni probablemente lo será. Ha tenido que trasladar su domicilio a Madrid
En la actualidad, un gremio del transporte, sin permisos de las respectivas delegaciones del Gobierno, secuestra días y días ciudades enteras y nadie es detenido por ello.
etc, etc ...
Una nación que llega a ver normal el incumplimiento de las leyes, o el cumplimiento arbitrario de las mismas está condenada a la disolución ya que las leyes constituyen el entramado óseo que sostiene no solo el Estado y la Nación, sino la convivencia y la unidad de los ciudadanos, en este caso, los españoles.
Los gobiernos y autoridades que lo consienten y no cumpeln y/o no hacen cumplir las leyes, son prevaricadores y delincuentes. Ni más, ni menos.
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