Lo de mañana no va a ser nada. Mañana se aprobará la ley del derecho a decidir del parlamento catalán. Más, más tarde, llamará a las urnas para el 9 de noviembre, cosa que echará abajo el tribunal constitucional.
Como la votación va a ser inviable, Mas convocará elecciones plebiscitarias tal y como decíamos en el post del domingo pasado. Evidentemente en esas elecciones Convergencia se convertirá en un partido marginal, segregado de Unió, que se pondrán al servicio del sol que más caliente.
Ganará por goleada ERC y en segundo plano Podemos en coalición con un conglomerado de izquierda. Éste y no otro va a ser el tema peliagudo de torear. Si nefasto, desgraciado y demás males a ponerle de adjetivos fue el tripartito, la que se puede liar con los de ERC, Podemos y adláteres en la Generalidad catalana campando por sus respetos, incumpliendo las leyes al por mayor, pidiendo pasta todo el día, amagando con una declaración unilateral de independencia y en este plan, va a ser de órdago a la grande.
Pobre Rajoy y pobre Sánchez y pobres algunos más. No llegaremos a las elecciones generales, ni de coña. El sol puede salir por Antequera o los cerros de Úbeda. Viene Argamedón.
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