En ciencia política, el estado de excepción no es solamente el decretazo que dan las dictaduras para preservar sus regímenes. Sobre todo, el estado de excepción es pervertir el orden democrático de las leyes y las cosas, saltándose los procedimientos legales. Estado de excepción es también utilizar constantemente el fraude de ley para burlar los procedimientos parlamentarios legislados y habituales.
Este presidente del desgobierno criticaba hace meses al gobierno de entonces, cuando éste utilizaba un decreto ley para sacar adelante un proyecto determinado. Ahora, ya van ocho veces en menos de un trimestre en que este desgobierno ha tirado de decreto ley porque con la minoría parlamentaria que detenta, no puede, ni debería seguir gobernando.
Cambiar una ley mediante un decreto ley es echar mano de una excepcionalidad democrática para conseguir intereses espúrios, como es el caso del decretazo para que la oposición pierda la mayoría parlamentaria en el Senado, o sacar del Valle de los Caídos al general Franco.
Sólo, en contadísimas ocasiones, por causa de emergencia nacional y por razones de urgencia, se debe echar mano del decreto ley. Lo contrario es un constante sinvivir en un estado de excepción. Lo que es el caso en los ocho decretazos que llevas ya a cuestas.
¿Te enteras Sánchez? Claro que te enteras, porque por falta de abogados del Estado no será. Lo que ocurre es que eres un sectario, al que las leyes, el estado de derecho y los hábitos democráticos te importan un pito, como buen marxista-leninista que eres tu y la mitad de tu partido.
Sánchez, el estado de excepción eres tu.
Este presidente del desgobierno criticaba hace meses al gobierno de entonces, cuando éste utilizaba un decreto ley para sacar adelante un proyecto determinado. Ahora, ya van ocho veces en menos de un trimestre en que este desgobierno ha tirado de decreto ley porque con la minoría parlamentaria que detenta, no puede, ni debería seguir gobernando.
Cambiar una ley mediante un decreto ley es echar mano de una excepcionalidad democrática para conseguir intereses espúrios, como es el caso del decretazo para que la oposición pierda la mayoría parlamentaria en el Senado, o sacar del Valle de los Caídos al general Franco.
Sólo, en contadísimas ocasiones, por causa de emergencia nacional y por razones de urgencia, se debe echar mano del decreto ley. Lo contrario es un constante sinvivir en un estado de excepción. Lo que es el caso en los ocho decretazos que llevas ya a cuestas.
¿Te enteras Sánchez? Claro que te enteras, porque por falta de abogados del Estado no será. Lo que ocurre es que eres un sectario, al que las leyes, el estado de derecho y los hábitos democráticos te importan un pito, como buen marxista-leninista que eres tu y la mitad de tu partido.
Sánchez, el estado de excepción eres tu.
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