Tener que estar hablando de esto, después de casi 80 años de finalizar una muy cruenta guerra entre hermanos y 40 de la muerte del general Franco, que fue quien posibilitó y diseñó la transición, manda narices.
Porque la transición no la trajo ninguna oposición de socialistas (que estaban desaparecidos hasta que los recrearon los servicios secretos de Franco, la CIA y el dinero de la socialdemocracia alemana, para neutralizar a los comunistas), socialcristianos, ni ningún otro partido clandestino. La única oposición que tuvo el régimen de Franco fue el PCE en la clandestinidad.
Franco fue quien reinstauró la Monarquía, que todos aceptaron sin rechistar, franquistas incluidos. No obstante en los años 60 ya existía una universidad de profesorado en un 80% marxista y medios de comunicación de oposición soterrada al régimen.
La reconciliación entre los españoles se produjo en pleno franquismo, y fue el pueblo el que la hizo, favorecida con la liberalización económica que posibilitó el desarrollismo económico y el progresivo aperturismo político. Entre todos contribuyeron a hacer olvidar los horrores vividos durante tres años de guerra, la preguerra y la posguerra.
En la transición, lo que se produjo fue la constatación en los partidos políticos nacientes de lo que ya era normal a nivel de la calle que dijo Adolfo Suárez en aquellos años; el genocida Carrillo y el PCE aceptaron la monarquía y la bandera vigente desde los tres siglos anteriores; a los nazionalismos la cosa no les salió mal según vemos hoy día, el Rey se empeñó en que gobernaran los socialistas para que una izquierda legitimase su corona y los franquistas + social demócratas cristianos, se dinamitaron a si mismos no sólo en las últimas cortes franquistas sino en las guerras intestinas de la UCD en el quinquenio 80-85.
La fotografía anterior, gracias a la cámara magistral de Alberto Schommer, tomada ya el primer Psoe de la transición en el gobierno, a mitad de los 80, da buena cuenta de que hace 40 años ya se había producido la reconciliación. En ella, no tuvieron reparo en posar para la historia personajes que fueron serios adversarios antes, durante y después de la contienda. Veamos, de izquierda a derecha y de arriba abajo.
D. José María Aguirre Gonzalo, Presidente de Banesto y Agromán
D. Ramón Rubial, Presidente del PSOE
D. Raimundo Fernández Cuesta, fundador de Falange Española y ministro de Franco
D. Ignacio Gallego dirigente del PCE Y fundador del escindido Partido Comunista de las Tierras de España
D. Ramón Serrano Súñer, cuñado y ministro de Franco, partidario del Eje
D. Enrique Líster, general del Ejército Republicano y soviético
D. Jesús María de Leizaola, Presidente del PNV y del Gobierno Vasco en el exilio
Dª Pilar Primo de Rivera, hermana de José Antonio Primo de Rivera, Presidenta y Fundadora de la Sección Femenina de FET y de las JONS
Si posar juntos estos ocho personajes de la II República, la Guerra Civil y la posguerra no es un acto de reconciliación, que baje Dios y lo vea.
Pues bien, hace ya 14 años hubo un iluminado e indigente intelectual que se empeñó -y en parte lo logró- reabrir las heridas ya cerradas de aquellos años de enfrentamientos de pre, pos y durante la guerra civil, del que tomaron buena nota los alevines más radicales de un partido socialista roto en dos, como el que hoy nos desgobierna, con el apoyo de toda una patulea de neocomunistas, nazionalistas secesionistas y terroristas, cuyos afanes de todos ellos es, no remover tumbas, sino romper España, su Historia, los valores humanistas de Occidente y volver a joder la marrana.
Porque la transición no la trajo ninguna oposición de socialistas (que estaban desaparecidos hasta que los recrearon los servicios secretos de Franco, la CIA y el dinero de la socialdemocracia alemana, para neutralizar a los comunistas), socialcristianos, ni ningún otro partido clandestino. La única oposición que tuvo el régimen de Franco fue el PCE en la clandestinidad.
Franco fue quien reinstauró la Monarquía, que todos aceptaron sin rechistar, franquistas incluidos. No obstante en los años 60 ya existía una universidad de profesorado en un 80% marxista y medios de comunicación de oposición soterrada al régimen.
La reconciliación entre los españoles se produjo en pleno franquismo, y fue el pueblo el que la hizo, favorecida con la liberalización económica que posibilitó el desarrollismo económico y el progresivo aperturismo político. Entre todos contribuyeron a hacer olvidar los horrores vividos durante tres años de guerra, la preguerra y la posguerra.
En la transición, lo que se produjo fue la constatación en los partidos políticos nacientes de lo que ya era normal a nivel de la calle que dijo Adolfo Suárez en aquellos años; el genocida Carrillo y el PCE aceptaron la monarquía y la bandera vigente desde los tres siglos anteriores; a los nazionalismos la cosa no les salió mal según vemos hoy día, el Rey se empeñó en que gobernaran los socialistas para que una izquierda legitimase su corona y los franquistas + social demócratas cristianos, se dinamitaron a si mismos no sólo en las últimas cortes franquistas sino en las guerras intestinas de la UCD en el quinquenio 80-85.
La fotografía anterior, gracias a la cámara magistral de Alberto Schommer, tomada ya el primer Psoe de la transición en el gobierno, a mitad de los 80, da buena cuenta de que hace 40 años ya se había producido la reconciliación. En ella, no tuvieron reparo en posar para la historia personajes que fueron serios adversarios antes, durante y después de la contienda. Veamos, de izquierda a derecha y de arriba abajo.
D. José María Aguirre Gonzalo, Presidente de Banesto y Agromán
D. Ramón Rubial, Presidente del PSOE
D. Raimundo Fernández Cuesta, fundador de Falange Española y ministro de Franco
D. Ignacio Gallego dirigente del PCE Y fundador del escindido Partido Comunista de las Tierras de España
D. Ramón Serrano Súñer, cuñado y ministro de Franco, partidario del Eje
D. Enrique Líster, general del Ejército Republicano y soviético
D. Jesús María de Leizaola, Presidente del PNV y del Gobierno Vasco en el exilio
Dª Pilar Primo de Rivera, hermana de José Antonio Primo de Rivera, Presidenta y Fundadora de la Sección Femenina de FET y de las JONS
Si posar juntos estos ocho personajes de la II República, la Guerra Civil y la posguerra no es un acto de reconciliación, que baje Dios y lo vea.
Pues bien, hace ya 14 años hubo un iluminado e indigente intelectual que se empeñó -y en parte lo logró- reabrir las heridas ya cerradas de aquellos años de enfrentamientos de pre, pos y durante la guerra civil, del que tomaron buena nota los alevines más radicales de un partido socialista roto en dos, como el que hoy nos desgobierna, con el apoyo de toda una patulea de neocomunistas, nazionalistas secesionistas y terroristas, cuyos afanes de todos ellos es, no remover tumbas, sino romper España, su Historia, los valores humanistas de Occidente y volver a joder la marrana.
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