De nuevo, hacia el precipicio

Aquí no ponemos en cuestión la legalidad de la toma del poder por parte de Pedro Sánchez, pero dudamos mucho de la ética de cómo lo ha conseguido. No se puede  -mejor, no se debe-   llegar a presidente de una nación con los votos de quienes precisamente quieren romper la Nación Española y de proetarras que cambiaron el tiro en la nuca  y la bomba-lapa, por el interés de gobierno y sus emolumentos. Todo legal, pero mucho, ilegítimo.


Este presidente carece de formación y experiencia para el puesto que desempeña, que obviamente le viene muy grande.. Y no digamos a su socio, el neocumunista estalinista Iglesias Turrión. Pero ello no sería grave si no fuese porque nuevamente caminamos de su mano hacia el precipicio, como ya ocurrió con el  radical socialista Rodriguez. Lo que no quiere decir que me parezca, ni mínimamente adecuada, la presidencia de Rajoy por cuya gestión hoy nos encontramos con estos políticos en el poder y otros muchos problemas más.

Basta un escaso trimestre para constatar que de nuevo caminamos hacia el precipicio:

• Se ha ahondado en las heridas de la contienda civil que destapó Rodriguez Zapatero, cuando estaban cerradas y bien cerradas por el pueblo español en pleno franquismo; 
• imputa hechos históricos no probados históricamente al bando nacional, prohibiendo símbolos y simpatías hacia el franquismo, mientras ocultan los miles y miles de crímenes del frente popular y mantiene estatuas y calles a asesinos reconocidos; 
• reincide en los mismos errores económicos que llevaron a todos los gobiernos socialistas a entregar al gobierno entrante una España quebrada; 
• carece de un plan de gobierno lo que hace que las contradicciones en las decisiones de gobierno sean constantes;
• aspiran a extender los tentáculos del estado y su ideología de izquierda al conjunto de los ciudadanos; 
• atentan contra la libertad de expresión y conciencia con las leyes de la memoria histórica y de género por mantener opiniones divergentes a las suyas; 
• pretenden limitar la libertad de enseñanza restringiendo las ayudas a la escuela privada, coartando su expansión; 
• su debilidad parlamentaria hace que se vea obligado a gobernar mediante  decretos-ley que tanto criticó desde la oposición;
• mantiene irresponsables e incoherentes políticas inmigratorias que obedecen a acciones demagógicas más que a planes estudiados y viables;
• otro tanto, respecto del principal problema de la España actual que es el golpe de estado perpetrado por la Generalidad, que abre las puertas a soluciones secesionistas, si no inmediatas, sí reales a medio plazo;
• extiende nuevamente el acceso libre a la sanidad y ayudas económicas a personas cuya situación es de manifiesta ilegalidad, cuyos costes revierten exclusivamente sobre la población española cotizante
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En fin, todo un largo y extenso rosario de medidas improvisadas, de las que las anteriores son una pequeña muestra, muchas de ellas de difícil reversibilidad y de efectos muy perniciosos sobre la cohesión y el bienestar social, cuyo futuro se verá seriamente comprometido.

Una vez más, de cabeza hacia el abismo.