No se trata de los ataques que de vez en cuando sufrimos de los hackers, ni del malware que nos acecha por todos sitios, sino de los datos que voluntariamente (?) dejamos en internet nosotros mismos a través de las plataformas o sitios que nos los reclaman.
He condicionado el "voluntariamente" porque la tapadera de quienes nos bombardean para conseguir nuestros datos es hacer que nos leamos decenas de páginas de letra pequeña para conseguir nuestra aceptación, cosa que no hace nadie que yo conozca. Otro tanto ocurre con las cookies que ya no hay página a la que accedamos que no nos solicite.
WhatsApp mueve 42.000.000.000 datos cada día. Sí, sí, cuarenta y dos mil millones. Sumen los que mueven otras plataformas de internet como pueden ser Facebook, Twitter, Instagram, y un largo etcétera. De vértigo.
Pues bien, toda esta MIL BILLONADA de datos se los damos gratis a las plataformas. Se los regalamos. A cambio de que podamos usar "gratuitamente" (?) esas plataformas de comunicación y en el pecado llevamos la penitencia ya que sobre todo para los internautas nativos ya se empiezan a diagnosticar adiciones al teléfono móvil y al ordenador personal.
He entrecomillado lo de gratuitamente, porque no es así. Cuando nos damos de alta en una aplicación le estamos proporcionando a la plataforma en cuestión alrededor de 100 datos. Unos en el momento del alta y otros a lo largo de nuestra presencia activa en la plataforma. Un ejemplo, si no permites las cookies de prácticamente todas las webs, no puedes acceder a esas webs. Un abuso total.
¿Qué conocen las plataformas de nosotros?
Una cuestión previa. Los datos que damos a una plataforma, se los estamos dando también a otras plataformas, a empresas, a instituciones, a ficheros policiales, a mafias, a organizaciones ilegales y un largo etc. Nuestros datos pasan a ser regados por la inconmensurable red de internet.
Como nada es gratis, o casi nada, en esta vida, nuestros datos tienen un precio porque las plataformas que los recolectan y que tienen unos costes de crear, mantener, supervisar, etc la plataforma, los venden a empresas de comunicación, empresas de publicidad, gestoras de datos, empresas particulares, etc para saber cosas de nosotros y saber como fomentar nuestros potenciales de compra.
Hoy día una persona normal, que use internet, disponga de correo electrónico y esté dada de alta en dos o tres plataformas, ha proporcionado un volumen de datos relevante, que hace que poco o casi nada de su condición y características personales sea ya privativo. Por supuesto que regalamos nuestros datos a internet, pero en realidad lo que es más importante, estamos regalando también nuestra intimidad.
Conocen nuestro nombre, quizá nuestro DNI, nuestro domicilio, nuestro nº de teléfono, nuestra ubicación en casi todos los momentos, nuestra profesión, nuestra ocupación, nuestros gustos, nuestras búsquedas, nuestras conversaciones, si no tenemos cuidado, nuestras cuentas bancarias, etc, etc, ...
Quienes gobiernen internet, cosa que alguien hará sin duda alguna, gobernará el mundo. No harán falta bombas nucleares, ni gases paralizantes, ni grandes ejércitos y grandes batallas. Y no quiero pensar en el terrorismo a través de internet. Hasta ahora el terrorismo se orienta más hacia el atentado físico y las bombas. Pero, ésta es otra guerra.
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Échale un vistazo a la AGENCIA ESPAÑOLA DE PROTECCIÓN DE DATOS
https://www.aepd.es/
He condicionado el "voluntariamente" porque la tapadera de quienes nos bombardean para conseguir nuestros datos es hacer que nos leamos decenas de páginas de letra pequeña para conseguir nuestra aceptación, cosa que no hace nadie que yo conozca. Otro tanto ocurre con las cookies que ya no hay página a la que accedamos que no nos solicite.
WhatsApp mueve 42.000.000.000 datos cada día. Sí, sí, cuarenta y dos mil millones. Sumen los que mueven otras plataformas de internet como pueden ser Facebook, Twitter, Instagram, y un largo etcétera. De vértigo.
Pues bien, toda esta MIL BILLONADA de datos se los damos gratis a las plataformas. Se los regalamos. A cambio de que podamos usar "gratuitamente" (?) esas plataformas de comunicación y en el pecado llevamos la penitencia ya que sobre todo para los internautas nativos ya se empiezan a diagnosticar adiciones al teléfono móvil y al ordenador personal.
He entrecomillado lo de gratuitamente, porque no es así. Cuando nos damos de alta en una aplicación le estamos proporcionando a la plataforma en cuestión alrededor de 100 datos. Unos en el momento del alta y otros a lo largo de nuestra presencia activa en la plataforma. Un ejemplo, si no permites las cookies de prácticamente todas las webs, no puedes acceder a esas webs. Un abuso total.
¿Qué conocen las plataformas de nosotros?
Una cuestión previa. Los datos que damos a una plataforma, se los estamos dando también a otras plataformas, a empresas, a instituciones, a ficheros policiales, a mafias, a organizaciones ilegales y un largo etc. Nuestros datos pasan a ser regados por la inconmensurable red de internet.
Como nada es gratis, o casi nada, en esta vida, nuestros datos tienen un precio porque las plataformas que los recolectan y que tienen unos costes de crear, mantener, supervisar, etc la plataforma, los venden a empresas de comunicación, empresas de publicidad, gestoras de datos, empresas particulares, etc para saber cosas de nosotros y saber como fomentar nuestros potenciales de compra.
Hoy día una persona normal, que use internet, disponga de correo electrónico y esté dada de alta en dos o tres plataformas, ha proporcionado un volumen de datos relevante, que hace que poco o casi nada de su condición y características personales sea ya privativo. Por supuesto que regalamos nuestros datos a internet, pero en realidad lo que es más importante, estamos regalando también nuestra intimidad.
Conocen nuestro nombre, quizá nuestro DNI, nuestro domicilio, nuestro nº de teléfono, nuestra ubicación en casi todos los momentos, nuestra profesión, nuestra ocupación, nuestros gustos, nuestras búsquedas, nuestras conversaciones, si no tenemos cuidado, nuestras cuentas bancarias, etc, etc, ...
Quienes gobiernen internet, cosa que alguien hará sin duda alguna, gobernará el mundo. No harán falta bombas nucleares, ni gases paralizantes, ni grandes ejércitos y grandes batallas. Y no quiero pensar en el terrorismo a través de internet. Hasta ahora el terrorismo se orienta más hacia el atentado físico y las bombas. Pero, ésta es otra guerra.
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