sábado, 30 de marzo de 2019

De la del Campo y otras ferias

Los lectores de mi ya vetusta quinta o aledañas, recordarán la Feria del Campo, a orilla de la carretera de Extremadura, donde estaban representadas   -eso que ya no se lleva-  todas las provincias españolas con un monumento emblemático, sus productos más señeros y su folklore.

"La Feria del Campo era una exposición bianual de carácter nacional, pero dado el enorme prestigio que adquirió en su primera edición, tomó carácter internacional en el año 1953, y se mantuvo vigente hasta 1975, sumando 10 ediciones.     

Se trataba de un certamen al que acudían las distintas provincias españolas y algunos países iberoamericanos y del resto del mundo, trayendo muestras de lo mejor de la ganadería, productos agrícolas, cerámica, así como lo último que existía en material agropecuario, que se entremezclaba con los aperos tradicionales en los distintos pabellones provinciales e internacionales; todo esto se complementaba con concursos ganaderos donde se podían apreciar los mejores ejemplares de las distintas razas de ganado bovino y ovino, se exponían los últimos modelos de la maquinaria, se degustaban productos típicos y se efectuaban exhibiciones del folklore de cada provincia o país participante, interviniendo los famosos Coros y Danzas de la Sección Femenina de FET y de las JONS." 
   
Paradojas de la vida, por aquel entonces ya se despoblaba el campo hacia las principales urbes donde empezaba a haber una incipiente industria o bien a Madrid, capital de la burocracia nacional. Pero, con éxodo rural o sin él cada dos años se celebraba aún con cartón piedra una feria agrícola-ganadera. Vino la partitocracia  -que no la democracia-  y ya, ni eso.

Creo que mi primera feria fue la de 1962, al año siguiente de llegar a Madrid a estudiar. Y recuerdo que eran unos días de Mayo en que el calor empezaba ya a apretar en la Villa y Corte. A ella se le solía dedicar todo un día, pasando por los 52 pabellones, a uno por provincia, más los de las provincias africanas, de miranda en todos ellos, salvo en aquellos que se compadecían y nos obsequiaban con algún producto de sus respectivas tierras. De la Feria del Campo, creo que lo único que ha pervivido es el "folletismo" o la afición a coleccionar folletos en todos estos eventos, que cada año dormían en una estantería o encendían la cocina o la chimenea en muchas casas de entonces.

Para los adolescentes de aquellos años, era una manera de intuir que España no se acababa en los verdes prados de mi Edén personal y que, junto con la mili, nos hacía más comprensivos de lo foráneo, por lo menos de un más allá pueblerino.

La repera de vanguardismo era cuando tenía pabellón algún que otro país amigo y ver cómo éramos capaces de competir en el aparataje campesino y en los bailes con nuestras chicas de la Sección Femenina de FET y de las JONS, que todo hay que decirlo y que no me avergüenza decirlo con todas sus letras. La única pega a las chicas, que bailaban como garzas eran sus pololos que, enlazados a las medias y su cintura les tapaban los muslillos analganados. Tanto recato, es lo único que ha pervivido de aquellos bailes, felizmente rescatados y supervivientes, gracias a aquellas mujeres, de las que se colgaban todos los sambenitos habidos y por haber.

Franco se llevó con él a a la tumba la Feria del Campo, aunque sobrevivió unos años el NO-DO que puntualmente daba cuenta de cada edición. Como había que tener un ferión de algo para ser alguien en el llamado concierto de las naciones, tomó el relevo como feria emblemática nacional el S.I.M.O que empezó siendo una feria del vulgar material de oficina para convertirse en puntera de la informática y la computación. Decaída ésta, tomó el relevo la FITUR, a la que íbamos a por la abundante cartelería y folletaje para decorar las habitaciones de la juventud progre y menos progre. El último grito es en la actualidad el MOBILE CONGRESS que los indepes se empeñan en cargarse, la releche en lo último del aparataje ciborg.

Bien visto, cada cosa a su tiempo. La Feria del Campo, buque insignia de un régimen de militares daba la puntilla al agro  -entonces no se había inventado lo de rural- y anticipaba el desarrollo industrial, como el S.I.M.O y FITUR anticiparon el desarrollo informático y el que España sea hoy una potencia turística.

La feria del MOBILE, me pilla ya un poco mayor para intuir lo que anticipará, aunque un tufo me dice que cosas algunas no muy allá, aunque estén ya en el más acá. Pero, resumiendo, entre esta última y la del Campo, me tira bastante más lo rústico de entonces.
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NOTA:  ¿A qué no saben que otra feria sustituyó en los mismos pagos a la Feria del Campo franquista? Pásmense, la Fiesta Anual del PCE. Vivir para ver.

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