jueves, 18 de abril de 2019

Autonomías y desigualdad

Por 
José Enrique Villarino Valdivielso
Economista

¿Han aumentado las autonomías las desigualdades entre las provincias/regiones españolas? Las autonomías fueron el gran descubrimiento de la transición para contentar a la bicha durmiente de los independentistas, que el bipartidismo alimentó en su beneficio para poder gobernar y perjuicio para el resto de españoles.


Una de las ideas proclamadas por los teóricos de la UE ha sido la convergencia económica entre las naciones y, a su vez, la convergencia y la solidaridad entre los intraterritorios. Pues, todo lo contrario. Y no lo digo yo:

Malos augurios para la convergencia económica de las regiones españolas

Hace ya cuatro décadas que la desigualdad regional en España empezó a aumentar y desde entonces esta tendencia no ha hecho más que reforzarse. 

Éste es uno de los resultados que destaca un libro recientemente publicado en el que hemos analizado la evolución de la desigualdad regional en España desde el inicio del proceso de desarrollo económico, allá por mitad del siglo XIX, hasta la actualidad (aquí). 

Además, y aún teniendo en cuenta que siempre es difícil anticiparse al desarrollo futuro de un fenómeno económico, hay motivos para pensar, especialmente cuando se aproxima el tema desde una perspectiva de largo plazo, que el aumento de la desigualdad territorial no ha hecho más que comenzar y que quizá ha llegado para quedarse, al menos por un tiempo.
( "El final de la convergencia regional en España".  De Alfonso Díez-Minguela, Julio Martinez-Galarraga y Daniel A. Tirado-Fabregat. )

Finalizada la autarquía, el régimen de post guerra redujo a más de la mitad las diferencias regionales

Pues, miren por dónde la convergencia se logró con el régimen del general Franco, autarquía incluida, en que la desigualdad (escala de la izquierda) se mide mediante el coeficiente de variación, que se calcula como el cociente de la desviación típica entre la media. Cuanto mayor sea el coeficiente de variación, mayor dispersión del PIB per cápita con respecto a la media. Este coeficiente suponía en el año 1940 cerca de 4 puntos. En los 25 años que van de 1955, el de mayor desigualdad, a 1980 ésta se redujo a más de la mitad.

Así pues, durante los años del desarrollo español la desigualdad provincial fue descendiendo hasta 1985 en que instaurada ya la llamada transición, se inicia el camino ascendente de las desigualdades. O sea, que el desarrollo español de la pre-democracia tendría unos innegables efectos poblacionales, pero supuso una mayor convergencia en términos de renta per cápita frente a la transición y las autonomías, que trajeron todo lo contrario. Y la diferencia entre regiones ricas  y regiones pobres se sigue agudizando.

( color más oscuro = mayor PIB/hab )
Este mapa muestra dónde se encuentra actualmente la distribución de la renta per cápita española. Mejor que decir distribución, debía haber dicho  concentración, porque la realidad es que se vienen consolidando dos Españas, en este caso, económicas.

Las autonomías han acentuado las desigualdades, conformando dos Españas

Una España rica del NE (mitad del arco cantábrico, Cataluña, Valencia y Baleares, más Madrid y una España bastante más pobre de la que es exponente el Sur y el Oeste. Podríamos decir grosso modo, las Españas que quedan a ambos lados de la diagonal imaginaria entre el Finisterre gallego y Cabo de Palos en Murcia.



No es, pues, cierto que las autonomías hayan mejorado la gestión haciéndolas más eficientes para sus ciudadanos. No es una coincidencia que sean las autonomías que han estado condicionando la política nacional, sangrando a los sucesivos gobiernos, incluida la UCD, las que tienen una mayor renta personal y total, cual es el caso de Cataluña y Vascongadas. De esta primacía en la obtención de recursos se ha beneficiado en alguna medida aquellas otras que forman parte del hinterland más próximo de las primeras.

La tabla nos muestra los dos bloques:
Un primer bloque formado por: Madrid,Vascongadas, Navarra, Cataluña, Aragón, La Rioja y las Islas Baleares, más el hinterland formado por Castilla y León, Cantabria, Galicia, Valencia y Asturias.

El segundo grupo, el de las regiones menos afortunadas lo abren, paradójicamente, las Afortunadas Islas Canarias, seguidas de Ceuta, Murcia, Castilla La Mancha, Melilla, Andalucía y Extremadura. En definitiva, las autonomías ricas, cada vez más ricas y las pobres, cada vez más pobres.
¿A qué llaman convergencia?

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