miércoles, 10 de julio de 2019

El juez que no debe volver a pisar un juzgado

El juez en excedencia Marlaska y ministro del Interior ha incitado a una turbamulta al odio hacia un partido político (que dicho de paso no es santo de mi devoción). Nadie más que un juez y ministro,  debería tener un cuidado exquisito en mantener una independencia y limitarse a ser garante del orden público y de proteger a manifestantes de insultos y agresiones, Pero este señor que es ministro de Interior y juez se dedica a legitimar agresiones de unos exaltados.


Si el ministro se permite decir que C´s ha pactado con Vox que es un partido que no respeta los DDHH, en vez de decirlo, debería prohibir este partido y meternos en la cárcel. Vox es un partido tan legal, o más, como el del que él mismo es mamporrero. El ministro miente y dice que sus declaraciones eran políticas. Debe irse a su casa por puro saneamiento social. Pobre de aquel de pensamiento de derecha o militante de Vox que caiga en su juzgado. Este juez, temporalmente ministro, no debe ejercer de juez nunca más.

El juez Marlaska ha cometido al menos tres delitos: uno, prevaricar, que esr no decir verdad a sabiendas, dos, un delito de odio y tres, otro delito de incitación a la violencia

Ministro, es mentira que Vox no respete los DDHH de los homosexuales, ni de las mujeres y tiene todo el derecho de tener ideas opuestas a lo que se entiende por matrimonio, distinta de la del lobby-gay supranacional que defiende grandísimos intereses económicos y de todo tipo. Es de risa ver a la izquierda defendiendo a un grupo de presión mundial.

El día del orgullo gay es un esperpento, se ha convertido en un movimiento copado por la izquierda radical, agresivo con todo lo que no sea y quien no piense como la doctrina que pretende imponernos a todos. Si no nos gusta el día del orgullo gay, somos homófobos. Esta es su democracia.

Este juez y ministro entiende la libertad de expresión al igual que la izquierda: libertad para decir lo que les venga en gana  -a ellos-  y ninguna libertad de expresión para los de enfrente  -la derecha, por ejemplo-. Este ministro: llegó si no a decir, a insinuar que ir a Alsasua a homenajear a unos guardias civiles era menos que provocar, pero decir que Vox es de extrema derecha, es libertad de expresión. Curiosa forma de entender la libertad de expresión de un juez y ministro de Interior. Igualito que lo que dice y hace la izquierda.

La izquierda que se ha quedado sin proletarios, y que se apuntan a defender causas sociales la mayoría antisociales, encuentran eco en altavoces mediáticos que coinciden con los rancios marxistas en destruir los valores de la familia, la Nación, la libertad, la Historia, la Lengua, los derechos al bilingüismo y educación en la lenguas oficiales que elijan los padres y los centros que estimen más convenientes, etc. Ya existen leyes que discriminan al hombre y que prohíben la libertad de pensamiento y expresión, al tiempo que pretenden meternos a todos, sí o sí, el pensamiento único.

El juez Marlaska pone en el punto de mira de la pistola a C´s porque dice que pacta con Vox por ser un partido de extrema derecha, -repito, mentira que pacte y mentira también lo segundo-  , pero le debe parecer muy bien y estupendo que el partido del que ahora es ministro, se haya sentado, pactado y negociado con las unidas-podemas, IU, PNV, Bildu y demás raleas independentistas en autonomías y en el gobierno central. Estos no son extremistas, Vox, si.

A todo esto, la pomposa Fiscal General del Estado, que no es otra cosa que la voz de su amo, callada y sin ordenar a la policía que identifique a los energúmenos que acorralaron y acosaron a las mujeres de C´s, callada al igual que las femi-nazis que sólo defienden a las mujeres si son de izquierdas, radicales o independentistas.

Ministro, su actitud y sus actos son impresentables. No debería seguir ni un minuto más de ministro y como juez no debería volver a pisar un juzgado con la toga puesta.

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