Este humilde analista con la metodología que ya he explicado en este blog, ha acertado con una alta aproximación, los resultados de la primera fase de las primarias en la que votaron parte de la militancia, dando la victoria a Soraya Sáenz y a muy poca distancia Pablo Casado.
En la segunda fase solamente pueden votar para la elección definitiva de presidente del PP los compromisarios, que previamente en la primera votación eligieron los militantes, al tiempo que a los dos precandidatos.
Bien, hasta ahora hemos venido sosteniendo que se estaba produciendo un significativo avance de Pablo Casado, pisándole cada vez más los talones a Soraya, que podrían dar lugar a una elección en sentido contrario a la primera fase. Pues bien, ese esprint de Casado parece perder fuelle y, de nuevo el interés por Sáenz vuelve a crecer, superando por bastante puntuación a Casado.
A partir de la primera votación, el guante blanco de los candidatos dio paso a que empezasen a volar las navajas demoscópicas. La "progre" Soraya se ha visto beneficiada, sino explícitamente, sí entre bambalinas, por buena parte del aparato que más tiene que perder y ocultar en un futuro. Casado sólo muy recientemente ha tenido el apoyo de Dolores de Cospedal, que habrá que ver si sus compromisarios votarán en bloque a Casado.
Mientras Casado y sus partidarios se bate el cobre casi, casi, a pecho descubierto por sedes y allí donde le dejaban, televisiones y radios, a su oponente le apoya un sector de la prensa y plataformas con mayor audiencia y, a la chita callando, Rajoy y los rajoyistas. Según esto, Pablo Casado lo tiene bastante crudo en estos momentos. Soraya, es el aparato, Casado, el outsider, incómodo para muchos de su partido.
Según nuestros datos, por cada voto de Casado, Soraya obtendría 1,6, al igual que la encuesta de Sigma Dos.
La encuesta de Sigma Dos
Ayer mismo, el diario "El Mundo" publicaba una encuesta de Sigma Dos que viene a respaldar nuestro pronóstico.
El electorado del partido percibe con más claridad el liderazgo de Sáenz de Santamaría y la prefiere como presidenta del PP y candidata a las elecciones generales pese a reconocer a Casado como el dirigente más renovador de los dos.A escasos tres días de la segunda vuelta, es ya la hora de los políticos, del compadreo, de dame que te te daré, del cambalache. Lo único que pudiera dar la victoria a Pablo Casado son los votos masivos de los otros candidatos perdedores, cosa harto difícil, pero no imposible.
Gusta más al 60% de quienes les votaron en 2016; es percibida como mejor líder por el 59,9%; más apta para presidir el partido por el 59,8% y con más posibilidades de ganar las próximas generales, según el 58,3%. El aval a Casado en todos estos ámbitos es mucho menor y se sitúa en una horquilla de entre el 22,5% -los que defienden su capacidad de liderazgo- y el 28.5% de quienes ven en él a un buen candidato a la presidencia del Gobierno.
Si los compromisarios del partido opinan igual o no, es imposible aún de descifrar. Muchos de ellos, todavía no se han decantado a la espera de comprobar qué candidato cuenta con más apoyo interno.
La valoración de Santamaría es más alta entre las féminas en prácticamente todas las respuestas. Las mujeres apuestan más claramente por Santamaría mientras que los hombres lo hacen por Casado. Ella ha hecho valer en su campaña su condición de mujer en un momento muy especial en España, en el que ciudadanas de distinta edad e ideología están más dispuestas que nunca a romper todas las barreras de género y conseguir una sociedad más igualitaria.
Casado no es visto por los ciudadanos como un político de centro. El 38,1% de los encuestados cree que la vicepresidenta es más centrista frente al 25,5% que opina que es él. El resultado es aún más categórico entre los votantes del PP. La distancia es mucho mayor: 49,2% frente a 27,6%.
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