Una incógnita llamada VOX

Derechas e izquierdas se debaten ante las elecciones en una incógnita: ¿Ayuda a obtener una mayoría de derechas la presencia de VOX, o bien resta votos a tal fin? La contestación a la gallega, como no puede ser otra manera sería, depende. Pero, lo cierto es tal cual así. Lo vemos a continuación.


El sistema electoral español es complicado. Y es complicado porque al arrancar esta mal llamada democracia (yo no elijo a mis representantes sino los partidos que son los que colocan de matute a a la los incompetentes apesebrados), los pos-franquistas reconvertidos en la UCD quisieron atraerse a los nacionalismos que ya la armaron antes y durante la guerra civil: el catalán y el vasco.

Para ello, se inventaron las autonomías que ya sabemos en lo que han devenido, acompañadas de un título VIII de la Constitución que abre las puertas al secesionismo y una ley electoral, que las dota de sobre-representación y que penaliza a otras provincias y regiones.

A los partidos con pocos votos e implantación territorial limitada, exceptuando los secesionistas, les cuesta mucho más sacrificio entrar y tener representación parlamentaria, a igualdad de nº de votos, ceteris paribus, con los secesionistas.

Pero, no sólo es esto, sino que dependiendo del nº de votos de un partido como VOX del que se espera una representación en votos y en escaños no muy grande por eso de la la Ley D´Hont y las circunscripciones provinciales), la balanza de la mayoría se puede inclinar hacia el lado de los partidos de derecha (PP, Foro, UPN, Ciudadanos y Vox) o a las izquierdas (Psoe, Podemos, IU, etc) y los secesionistas, etc.

El gráfico recoge una simulación de esto que comento, en que se muestran los umbrales de sensibilidad del % de los votos que obtenga Vox y el nº de escaños que obtiene, más o menos, cada bloque. Ello bajo la invariante de que el total de votos del bloque de la derecha sea el 49%.

Lo que el gráfico nos transmite es que con VOX con un porcentaje de votos inferior al 2%, el bloque derechista podría situarse en los 190 escaños. más o menos, cosa bastante improbable de acuerdo con las expectativas demoscópicas actuales que atribuyen a este partido mayor porcentaje de votos.

Entre el 5-6% hasta el 10% de los votos a Vox, el bloque izquierdista-secesionista-y otros podrían alzarse con la mayoría absoluta (176 escaños) para, a partir del 12-13% situarse el bloque de derechas en el entorno de los 180 diputados.

Así pues,  a mi juicio todo está abierto y este ejercicio, del que se pueden hacer innumerables variantes, pone de manifiesto que cuando ya no existe el bipartidismo, con un espectro bastante diversificado de partidos, nada va a Misa y hasta el último recuento, todo es posible.
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NOTA AÑADIDA: Abundando en las paradojas del sistema electoral español, este sistema, que mezcla circunscripciones de tamaño muy desigual y el sistema d’Hondt o también llamado de los restos, para la asignación de escaños, penaliza especialmente la fragmentación. Y la actual división del voto de centro y derecha en tres partidos supone un hándicap casi insalvable para las fuerzas de ese signo. La  paradoja se produce por el impacto que tiene la dispersión del voto sobre el reparto de escaños en cada provincia.

Pero, no sólo esto sino que los votos de un partido con reducido nº de votos en una circunscripción (provincia) pequeña, puede acabar beneficiando, en la asignación de escaños, no a este partido sino al mayoritario.