A poco de llegar, el actual gobierno se ha estrenado con una calamidad mundial y nacional de proporciones catastróficas, frente a la cual ha demostrado una gran impericia, incapacidad e incompetencia.
Si además le añadimos la irresponsabilidad de ocultar la gravísima situación con la búsqueda de réditos políticos e ideológicos, lo que con medidas iniciales contundentes podría haber sido menos catastrófica, se ha tornado en una explosión vírica con efectos muy letales especialmente en Madrid, Cataluña, Rioja, Vascongadas y España entera, en definitiva.
Vamos a denunciar algunos errores de una larga cadena, dolosos algunos a nuestro juicio, que en su momento deban tener el tratamiento penal que fiscales y jueces determinen, si es que llegan a hacerlo, cosa que dudo dada la politización actual de la justicia. (Nota: cuando usamos el plural impersonal nos referimos al gobierno y/o las autoridades sanitarias).
- No quisieron enterarse de la que se le venía encima a todo el planeta y diagnosticaron el problema como un problema de alcance local, que nunca llegaría a España, o llegaría de forma muy limitada..
- Por ello, no se tomó medida adelantada alguna, como tampoco previeron la necesidad del acopio de recursos clínicos ni protectores (mascarillas, ropa, EPIs, respiradores, etc).
- Sabían de la gravedad de la situación cuando, al no cerrarse las fronteras en los primeros días ni tomarse medida alguna de aislamiento efectivo cuando se detectó el crecimiento exponencial, no hicieron nada, sino que condicionaron la salud pública a fines ideológicos y políticos, permitiendo masivas manifestaciones en toda España.
- El gobierno potenció y autorizó 77 manifestaciones masivas feministas en toda España, así como reuniones partidistas, competiciones deportivas, etc, hasta que a partir del 09/03 se empezaron a dictar medidas de aislamiento.
- Son evidentes las contradicciones entre lo dicho por el ministro de sanidad y el director técnico de emergencias sanitarias conforme iban pasando los días, hasta el punto de que este último llegase a decir el 31 de enero que esta epidemia (hoy pandemia) solo afectaría a España con dos o tres personas infectadas.
- El caos informativo que abarca desde discursos verborreicos faltos de contenido del presidente, puramente propagandísticos, hasta la falta de conocimiento del sr Simón al reconocer no saber por qué en Alemania solo existían un nº de fallecimientos muy inferior a España con casi el doble de población.
- El caos en el abastecimiento de recursos externos de protección de sanitarios y población en general, con evidentes retrasos injustificados en su provisión y una evidente política competencial, cambiante y errática, entre las CCAA y la Autoridad Única que facultó el RD del Estado de Alarma.
- Las adquisiciones sin ton ni son de recursos externos, sin contar con el cuerpo diplomático y los funcionarios y cuerpos técnicos comerciales y economistas al servicio del estado, conocedores de los mercados de sus respectivas legaciones
- Lo anterior, afecta a las adquisiciones retardadas día tras día de test esenciales para un mayor control de la pandemia, con efectos directos sobre el incremento de las tasas de mortalidad de la población, especialmente de las personas más mayores y de riesgo.
- El mal ejemplo dado por ministros y otros cargos contraviniendo las medidas adoptadas por el propio gobierno de aislamiento y prevención
El gobierno está cometiendo un error de principiantes al decir día tras día, que el máximo en el nº de personas infectadas, esta a punto de alcanzarse. Y así uno y otro día. Hasta que como en el cuento del lobo, cuando llegue el día, nadie les crea.
Paralelamente, el gobierno está haciendo un uso torticero, abusivo y dictatorial del estado de alarma. Cierra el parlamento en la práctica, censura preguntas a los responsables gubernamentales, dicta decretos inconstitucionales contra las empresas, compra TVs afines ideológicamente con subvenciones que prevén ampliar a 100 millones, impone duros confinamientos que los miembros gubernamentales no cumplen y así un largo etcétera.
En definitiva: deben irse, dando paso a un gobierno técnico y provisional de salvación nacional.
Nuestra perspectiva
En este gráfico, nos arriesgamos a hacer nuestro pronóstico de lo que puede ser el calendario del devenir de las siguientes fases que desgraciadamente todavía quedan por venir.
La curva típica de desarrollo de una epidemia, como de otros muchos sucesos explosivos, tiene cuatro fases:
a) Definida desde el momento 0 al punto a). Se trata de una primera fase de crecimiento explosivo que depende de la tasa y el vehículo o vehículos de contagio, que en el caso de Covid-19 es muy alto, lo que hace que en poco tiempo el nº de personas infectadas (no solo constatadas) crezca muy deprisa. Es una fase de crecimiento exponencial que esperamos culmine hacia los primeros días de abril (las cifras son orientativas dentro de un intervalo de dos/tres fechas) para dar paso a la siguiente fase.
b) La fase que va de a) a b) es una segunda fase con persistencia del crecimiento de personas infectadas, aunque el crecimiento exponencial es sustituido por un crecimiento de tipo potencial en el cual la tasa -si se quiere la velocidad- de crecimiento va disminuyendo en el tiempo. Esta fase culmina con el pico máximo de expansión. Según nuestra previsión el máximo diario de infectados se espera se produzca a mediados del mes de abril.
c) Esta fase comprende el intervalo de b) a c). A partir de entonces, esperamos se produzca la fase que llamamos de decrecimiento asintótico en que se produce un decrecimiento atenuado, casi asintótico de una duración prevista de en torno a 10 días, sobre el 25 de abril. Muchos análisis suelen obviar esta fase y la previsión pasa del máximo a la fase de decrecimiento sostenido, sin solución de continuidad.
d) La fase de c) a d) es la fase de decrecimiento sostenido y que se alarga más en el tiempo (el gráfico no guarda estrictamente la escala temporal por razones de espacio) y se espera se prolongue alrededor de un mes, a partir del fin de la fase quasi-asintótica. Esta fase, al igual que la precedente depende en su duración de las medidas que tomen las autoridades, medidas que deberán ser progresivas en su relajación y que cuanto más sostenidas sean, antes se producirá la vuelta a una situación de casi-normalidad. Esta fase de decrecimiento para que culmine con un cierto grado de éxito, deberá prolongarse hasta no antes del 20-30 de mayo.
A estas cuatro fases les corresponde un índice reproductivo de la infección R distinto - este índice o tasa es un valor medio que mide el grado de infectación a terceros por cada individuo ya infectado, asintomático o no. El problema para una estimación con un grado asumible de acuricidad, es que en estos momentos no se sabe, ni siquiera aproximadamente, el nº real de personas infectadas. Las mejores estimaciones de organismos especializados la cifran entre 1,0 y 1,2 millones, frente a los más de 100.000 oficialmente confirmados a 27/03/22:30h.
Otro tanto ocurre con el nº de fallecidos que oficialmente ya han superado los 10.000. El caos estadístico con cada comunidad autónoma contabilizando e imputando al Covid-19 las defunciones a su manera, no parece exagerado, según comparaciones con años pretéritos, estimar en torno al doble de los oficiales los verdaderamente fallecidos.
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