Lo normal es que, al menos los humanos, andemos "patas abajo". Es decir, con los pies en el suelo. Pues bien, lo que entendemos por el Derecho, el conjunto de normas regladas por las leyes, que conforman los Estados llamados de Derecho, aquí están "patas arriba". O también se puede decir que el Derecho y su administradora La Justicia, están hogaño en "la cuerda floja".
Aquí se presenta a unas elecciones un señor que es un prófugo de la Justicia, con el amparo y la complacencia de una cosa llamada UE, que en absoluto es Europa, que además no figura como residente, vulnerando la ley electoral.
Un señor que ha proclamado en un parlamento autonómico un golpe de estado, va a resultar elegido como digno representante de España en el parlamento europeo, cuyo afán es destruir España. Es cuánto menos, un duro sarcasmo para todos los ciudadanos.
Mire usted, amigo lector, si usted quisiera presentarse a unas oposiciones, pongamos por caso, a una plaza de conserje de la Junta de Galicia, como tenga pendiente de pago una multa de tráfico, no puede presentarse al exámen.
Pues bien, si este señor ha hecho tropelías a miles, siendo autoridad del Estado, tiene todos sus derechos intactos, cuando en cualquier nación no enajenada como la nuestra, estaría ya condenado por alta traición, rebelión, secesión, malversación y así sucesivamente.
Otrosí. Hoy sin ir más lejos hemos visto llegar al Congreso y Senado unos imputados de gravísimos delitos a votar como representantes de todos los españoles. Y también hemos asistido a unos juramentos vs promesas de acatamiento de la Constitución que han sido todo lo contrario, además de adornados con toda una retahíla de propaganda secesionista y republicana.
¿Se puede saber por qué no se aclara de una puñetera vez la fórmula, invariable, de juramento vs promesa? Sí juro vs sí prometo. Y se acabó.
Mal ha empezado la presidenta separatista -antaño sancionada por tres veces por su partido y el tribunal por sus afanes autodeterminacionistas- prevaricando a todas luces al permitir el esperpento de ayer en el Congreso, más parecido al camarote de los hermanos Marx que a la institución en la que reside la soberanía nacional española.
¿Y qué decir del otro separatista, presidente del Senado? Otro que tal baila.
La semana también ha ocupado nuestra atención con la detención de un carnicero de personas, niños incluidos, ¿Es que no sabían la GC, la PN y el CNI dónde estaba este sujeto, tiempo ha?, ¿o es que más bien la detención obedece a motivos electorales? Va a ser que sí.
Vaya semana aciaga de inicio de curso legislativo.
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