Ya estamos acostumbrados a que, año tras año y mes tras mes, no se cumpla ninguna de las muchas previsiones que hacen los gobiernos en materia económica y no económica. El Presupuesto cierra siempre con más déficit del previsto, el PIB suele ser menor al esperado, el desempleo gana siempre la batalla y así.
La decisión tomada por la UE de la salida de España del procedimiento de déficit excesivo que tenía abierto con la Unión Europea (UE) desde hace justamente 10 años ha sido tomada el 5 de junio de 2019 tras convalidar la cifra de déficit presentada en 2018, la cual ha sido inferior al -3% (-2,5%).
Si bien esta noticia ha sido muy positiva, recordamos que España era el único país que quedaba con procedimiento de déficit excesivo (es decir, sus cuentas tenían un control especial por parte de la UE).
Los datos auguran que el objetivo del -2% no va a ser posible.
La previsión de cierre para 2019 se sitúa en -2,4% PIB, más de un punto por encima del objetivo de déficit aprobado en las cortes (-1,3% PIB) e incluso por encima en cuatro décimas del objetivo publicado en el Programa de Estabilidad Presupuestaria (2019-2022). Parece imposible el cumplimiento del objetivo de déficit oficial fijado en el -1,3%.
La Administración Central presenta un déficit del -1,5% PIB, el cual se encuentra un punto de PIB por encima al objetivo de déficit comprometido en el Programa de Estabilidad del 0,5%.
La Seguridad Social presenta un déficit del -1,2% PIB justamente el mismo déficit presentado en el Programa de Estabilidad.
Las CC.AA. tienen un déficit del -0,2% PIB, que es una décima inferior al objetivo de -0,3% PIB.
Para finalizar, las Corporaciones Locales presentan un superávit de 0,5% estando su objetivo de déficit fijado en el 0%.
Por tanto, teniendo en cuenta los datos anteriores, ¿cómo va a ser posible estando instalados ya en el primer trimestre de 2019 en tasa anual del -2,4% de déficit, va a cerrar la economía española este año con el -1,3%? Como dicen ahora en las tertulias de los políticos, nos toman por tontos.
Vivimos permanentemente instalados en el déficit y por tanto, endeudados
La transición, una de las cosas que trajo en economía fue lo que se denomina en el argot "el recurso al déficit", o lo que es lo mismo, si no hay dinero, lo pedimos, y ya está. Durante la etapa del general Franco, el déficit prácticamente no existía y los niveles de endeudamiento de la economía española eran mínimos.
Hoy la economía vive endeudada hasta las cejas y más. Claro, vivimos nosotros, las personas, que son quienes tendremos que hacer frente a las deudas. Pro, tampoco. Viven endeudados y, sobre todo, vivirán endeudados nuestros hijos y nietos.
Bonita herencia que les legamos: deudas. Y todo ello porque a una panda de políticos advenedizos, inmorales, cuando no delincuentes, solo les interesa acumular para ellos y sus organizaciones y derrochar y despilfarrar a mayor gloria suya. A ningún partido, salvo muy, muy pocas excepciones les interesa resolver el problema del déficit y de la deuda porque es su fuente de prosperidad y de los suyos. A la inmensa, inmensísima mayoría, que nos den.
La decisión tomada por la UE de la salida de España del procedimiento de déficit excesivo que tenía abierto con la Unión Europea (UE) desde hace justamente 10 años ha sido tomada el 5 de junio de 2019 tras convalidar la cifra de déficit presentada en 2018, la cual ha sido inferior al -3% (-2,5%).
Si bien esta noticia ha sido muy positiva, recordamos que España era el único país que quedaba con procedimiento de déficit excesivo (es decir, sus cuentas tenían un control especial por parte de la UE).
Los datos auguran que el objetivo del -2% no va a ser posible.
La previsión de cierre para 2019 se sitúa en -2,4% PIB, más de un punto por encima del objetivo de déficit aprobado en las cortes (-1,3% PIB) e incluso por encima en cuatro décimas del objetivo publicado en el Programa de Estabilidad Presupuestaria (2019-2022). Parece imposible el cumplimiento del objetivo de déficit oficial fijado en el -1,3%.
La Administración Central presenta un déficit del -1,5% PIB, el cual se encuentra un punto de PIB por encima al objetivo de déficit comprometido en el Programa de Estabilidad del 0,5%.
La Seguridad Social presenta un déficit del -1,2% PIB justamente el mismo déficit presentado en el Programa de Estabilidad.
Las CC.AA. tienen un déficit del -0,2% PIB, que es una décima inferior al objetivo de -0,3% PIB.
Para finalizar, las Corporaciones Locales presentan un superávit de 0,5% estando su objetivo de déficit fijado en el 0%.
Por tanto, teniendo en cuenta los datos anteriores, ¿cómo va a ser posible estando instalados ya en el primer trimestre de 2019 en tasa anual del -2,4% de déficit, va a cerrar la economía española este año con el -1,3%? Como dicen ahora en las tertulias de los políticos, nos toman por tontos.
Vivimos permanentemente instalados en el déficit y por tanto, endeudados
La transición, una de las cosas que trajo en economía fue lo que se denomina en el argot "el recurso al déficit", o lo que es lo mismo, si no hay dinero, lo pedimos, y ya está. Durante la etapa del general Franco, el déficit prácticamente no existía y los niveles de endeudamiento de la economía española eran mínimos.
Hoy la economía vive endeudada hasta las cejas y más. Claro, vivimos nosotros, las personas, que son quienes tendremos que hacer frente a las deudas. Pro, tampoco. Viven endeudados y, sobre todo, vivirán endeudados nuestros hijos y nietos.
Bonita herencia que les legamos: deudas. Y todo ello porque a una panda de políticos advenedizos, inmorales, cuando no delincuentes, solo les interesa acumular para ellos y sus organizaciones y derrochar y despilfarrar a mayor gloria suya. A ningún partido, salvo muy, muy pocas excepciones les interesa resolver el problema del déficit y de la deuda porque es su fuente de prosperidad y de los suyos. A la inmensa, inmensísima mayoría, que nos den.
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