miércoles, 2 de octubre de 2019

Otro que nos lleva al abismo

Hasta hace poco, Sánchez y su gobierno en funciones nos decían que de crisis, nada de nada. Ahora ya nos hablan de desaceleración de la economía. Pero, la realidad es muy otra: la crisis ya está asentada entre nosotros y buena prueba de ello es la evolución muy negativa de la mayoría de los indicadores económicos en los últimos dos años.


Los principales indicadores pintan en bastos

Bajada; S = Subida según los períodos 2017-2018 y 2018-Octubre 2019
Los indicadores económicos, no es que pinten mal, es que pintan peor. La fuente de los datos es del mismísimo Ministerio de Economía y Empresa y no se de dónde saca el optimismo la ministra Calviño.

Los datos corresponden a los años 2017 y 2018 y lo que llevamos de 2019, hasta Octubre y se refieren tanto a indicadores de actividad, demanda y del sector exterior.

De 23 indicadores, 15 han tenido una evolución a la baja en los dos períodos 17-18 y 18-oct 19. Siete (7) han bajado o subido en uno de los períodos y solamente un indicador (1) ha tenido evolución positiva en ambos períodos.

No vale echarle la culpa, o parte de ella al rebufo de la economía internacional y sus grandes incógnitas. Aquí en España, también las tenemos, y muchas. Desde hace ya un par de años, por lo menos.

Entre los indicadores de la tabla de datos, resalta el denominado Indicador Sintético de Actividad que de 3,1 en 2017 ha pasado a 2,5 en 2018 y 2,3 en lo que llevamos de año. Los indicadores de Sentimiento Económico y Confianza Industrial tampoco muestran una moral en los agentes económicos como para tirar cohetes. El primero de ellos ha perdido casi 3 puntos en el último año, y el segundo ha pasado de 1,0 en 2017 a -3,5 (negativo) en lo que va de año perdiendo 4,5 puntos. De igual manera el Indicador de Confianza del Consumidor ha venido empeorando en la negatividad (de -3,4 a -4,2 y a -4,8).


Empleo y afiliación a la Seguridad Social acusan ya el desplome económico en ciernes


Como pone de manifiesto el gráfico adjunto, la afiliación a la Seguridad Social (SS) tuvo un espectacular despegue desde el inicio de 2014 para ganar más de tres (3) puntos porcentuales hasta la mitad de 2015, con caída hasta la primera mitad de 2016 y volverse a recuperar un año más tarde hasta casi mediado 2017. A partir de ahí,  no ha dejado de bajar hasta el momento actual.

Los ocupados de la Encuesta de Población Activa (EPA), el mejor y más fiable barómetro del empleo, siguió los pasos de la afiliación a la SS hasta la mitad de 2015, para situarse en crecimientos y decrecimientos entre dos (2) y tres (3) puntos porcentuales, siempre con tasas por debajo de la afiliaciones a la SS, hasta inicios del año en curso en que viene cayendo con pendiente, incluso más acusada que los efectivos de la SS.

Todo pues, -la evolución reciente, así como los indicadores analizados-  hacen presagiar que esta caída del empleo va a proseguir, tendencia bajista que en su caída arrastrará también a la baja a los cotizantes a la SS. Como ya puse de manifiesto en otro post reciente, ello tendrá consecuencias nefastas para nuestras pensiones.

Si no hay crisis, que baje Dios y lo vea.

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